La osteoartritis, también conocida como artritis, es una afección caracterizada por la degradación del cartílago articular, que conduce a deformaciones en el hueso e inflamación alrededor de las articulaciones afectadas. La enfermedad progresa lentamente y causa dolor y limitación del rango de movimiento en las articulaciones.
La artritis se asocia más comúnmente con el envejecimiento, raramente ocurre antes de los 40 años y es más prevalente en las mujeres. Las personas con sobrepeso tienen un mayor riesgo de artritis, especialmente en articulaciones que soportan peso como las rodillas. Sin embargo, la pérdida de peso puede aliviar el dolor en las articulaciones y reducir el riesgo de desarrollar artritis.
La enfermedad puede tener un componente hereditario, con algunos tipos que afectan especialmente las articulaciones de los dedos influenciados por la genética. Los defectos articulares estructurales, los accidentes o los golpes también pueden contribuir al riesgo de artritis.
Las articulaciones más comúnmente afectadas incluyen las rodillas, las caderas, los dedos, los dedos del pie y la columna vertebral. Los síntomas incluyen dolor articular durante el movimiento, disminución del rango de movimiento y rigidez, que a menudo mejora con el reposo. A medida que la enfermedad progresa, el dolor puede ocurrir incluso en reposo y los movimientos articulares se vuelven más limitados.
El diagnóstico implica una exploración física por parte de un ortopedista experimentado, y se necesitan radiografías para determinar la etapa de la enfermedad y planificar el tratamiento adecuado.
El tratamiento tiene como objetivo reducir el dolor, la hinchazón y el movimiento limitado para permitir que los pacientes realicen actividades diarias cómodamente. Aunque no hay una cura completa para la artritis, el manejo del peso y el ejercicio diario ayudan a aliviar los síntomas. Los suplementos articulares como el MSM, sulfato de condroitina, hidrolizado de colágeno y glucosamina pueden tener efectos regenerativos en la artritis relacionada con la edad. Las aguas termales y la fisioterapia también pueden ayudar a aliviar el dolor y mejorar la funcionalidad articular.
Para casos severos, se pueden considerar medicamentos antiinflamatorios y cirugía de reemplazo articular. Las cirugías protésicas reemplazan las superficies articulares dañadas con componentes de metal, porcelana o polietileno. Las caderas y las rodillas son las articulaciones más comúnmente reemplazadas, pero otras articulaciones como los hombros, las manos, los pies y los discos intervertebrales también pueden ser reemplazados.
Los pacientes generalmente experimentan alivio durante 10-20 años después de la cirugía, pero las prótesis pueden desgastarse o aflojarse con el tiempo y requerir reemplazo. Tanto la edad como el peso no son factores significativos para la elegibilidad en las cirugías de reemplazo.
El procedimiento de reemplazo de la articulación de la cadera implica una incisión de 6 pulgadas para acceder y reemplazar los huesos afectados. La cirugía de reemplazo de articulación de rodilla implica una incisión en la parte delantera, con el cartílago dañado removido y reemplazado con componentes protésicos asegurados con cemento óseo. Los pacientes generalmente pueden caminar dentro de los dos días después de la cirugía, pero la rehabilitación es necesaria para la funcionalidad completa de la articulación en algunos casos. La elección de las prótesis depende de varios factores y es esencial que el cirujano determine la opción más adecuada para cada paciente.
El diagnóstico de la osteoartritis de cadera se basa en un examen físico y en la historia médica del paciente. Durante el examen, el médico evalúa la sensibilidad, el rango de movimiento, los sonidos articulares, los niveles de dolor durante el movimiento, los patrones de caminata y el estado de los músculos y ligamentos que rodean la articulación de la cadera. Un diagnóstico definitivo a menudo se confirma a través de radiografías, que revelan estrechamiento intraarticular y espolones óseos alrededor de la articulación. En algunos casos, puede ser necesario realizar una Resonancia Magnética (RM) para una evaluación más detallada.
Aunque no existe una cura para la osteoartritis de cadera, varias terapias coadyuvantes pueden ayudar a reducir el dolor y mejorar el rango de movimiento:
La artritis de rodilla ocurre cuando el cartílago de la articulación de la rodilla se desgasta, lo que a lo largo del tiempo lleva a una disminución de la funcionalidad y limitación en los movimientos articulares.
La artritis de rodilla es más común en individuos mayores de 45 años, pero también puede afectar a las personas jóvenes. Las mujeres son más propensas a la artritis de rodilla que los hombres.
Varios factores contribuyen a la artritis de rodilla, incluyendo el deterioro del cartílago relacionado con la edad, el exceso de peso, factores hereditarios, y ciertas actividades físicas como movimientos repetitivos o la elevación de cargas pesadas.
Los síntomas de la artritis de rodilla incluyen dificultad para flexionar y estirar la articulación de la rodilla, mayor dolor con la actividad física, rigidez por la mañana o después de estar sentado por un largo periodo de tiempo, hinchazón, la limitación en la distancia al caminar, molestias al subir escaleras, y sonidos de crujidos en la articulación de la rodilla.
Para diagnosticar la artritis de rodilla, su médico realizará un examen físico y puede solicitar radiografías y resonancias magnéticas para evaluar las deformidades en los huesos y el cartílago y el estado de los ligamentos y meniscos.
Los objetivos principales del tratamiento de la artritis de rodilla son aliviar el dolor y mejorar la funcionalidad.
La artroplastia es un procedimiento quirúrgico destinado a reestructurar y rejuvenecer las articulaciones dolorosas y disfuncionales, aliviando el dolor y restaurando su rango de movimiento. Este proceso implica la renovación de una articulación mediante componentes artificiales, mejorando efectivamente la calidad de vida del paciente al facilitar las actividades diarias y mejorar el bienestar general. Las articulaciones afectadas por artritis pueden ser reemplazadas con partes artificiales hechas de aleaciones duraderas como acero, titanio, vanadio, aluminio, cobalto y cromo para asegurar un rango de movimiento sin dolor.
La artroplastia de cadera es un procedimiento quirúrgico común y altamente efectivo para las personas que experimentan dolor de cadera y movimiento restringido debido a la artritis. Cuando otros métodos de tratamiento no proporcionan resultados satisfactorios, la artroplastia se considera como último recurso. El procedimiento implica la eliminación de los huesos y cartílagos afectados por artritis, reemplazándolos por superficies articulares de polietileno y metal duraderas. La artroplastia de cadera mejora significativamente la calidad de vida del paciente.
El reemplazo total de cadera puede ser necesario para pacientes con artritis de cadera, fracturas traumáticas alrededor de las caderas, o necrosis avascular, una condición donde el tejido óseo muere debido a un suministro de sangre insuficiente. El procedimiento implica reemplazar los huesos fracturados o necróticos con componentes protésicos para restaurar la funcionalidad de la cadera. Se utilizan dos métodos para estabilizar las prótesis en la articulación de la cadera: cementado y sin cemento. Las prótesis de rodilla cementadas se estabilizan utilizando un cemento médico llamado polimetilmetacrilato, mientras que las prótesis sin cemento se integran con los huesos durante el desarrollo óseo.
Hay tres tipos de prótesis basadas en los materiales utilizados:
La artroplastia de superficie, también conocida como resuperficialización de la cadera, es una forma alternativa de artroplastia de cadera que conserva el hueso femoral proximal. Este procedimiento, fijado con cemento, es más adecuado para pacientes más jóvenes, particularmente hombres menores de 50 años y mujeres antes de la menopausia. Comparado con el reemplazo total de cadera, la artroplastia de superficie ofrece una mayor capacidad funcional, una recuperación más rápida y menos necesidad de rehabilitación mientras conserva el rango de movimiento de la articulación.
El tratamiento con plasma rico en plaquetas (PRP) implica el uso de plasma rico en trombocitos, que liberan proteínas curativas cuando se activan. Los trombocitos se obtienen de las muestras de sangre del paciente y se inyectan en las regiones dañadas de la articulación de la cadera afectada por la artritis. El PRP acelera el proceso de curación al activar las células madre a través de trombocitos concentrados, contribuyendo a una recuperación más rápida y alivio del dolor articular.
Todos los procedimientos incluyen: Tratamiento, medicación postoperatoria, consulta pre y post, pruebas y análisis.
El costo de las operaciones puede variar dependiendo del tipo de procedimiento realizado y cualquier tratamiento adicional que pueda agregarse.
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